"El Fuego de la Venganza" es una película del año 2004 que podría dividirse en dos fácilmente. Antes del secuestro y después del secuestro.
Dirigida por Tony Scott y protagonizada por Denzel Washington y Dakota Fanning, la película nos muestra la vida de una niña que, en plena ola de secuestros de niños en Juarez, es protegida por un guardaespaldas para evitarlo. Finalmente, el guardaespaldas se encargará de buscar justicia y repartir venganza tras no poder evitar los sucesos.
Durante la primera parte podemos ver como crece el interés y el cariño del protagonista por la niña a la que lo han contratado para proteger. Poco a poco van forjando una intensa relación, de confianza, sacando ambos lo mejor del otro. Durante la segunda parte, la película gira completamente y ese ritmo que se había utilizado para hacer crecer la relación entre ambos desaparece y entra en juego la acción y la venganza por parte del protagonista contra las bandas que estaban detrás de todo el secuestro.
El final de la película deja bastante que desear. En ningún momento la historia nos hace sentir que la niña esta muerta de verdad. No hay cadáver ni nada que indique que eso ha pasado. Solo lo dice el criminal en el momento. No consiguen transmitir esa perdida bien para que sorprenda al final cuando realmente se descubre que seguía viva.
Los diálogos y las motivaciones de los personajes están poco claras y mal desarrolladas por momentos. No te hacen sentir la importancia de lo que esta pasando. No parece que el padre tenga tantas necesidades económicas, no parece que la madre tenga esas ganas de venganza ni que el protagonista sea un torturador y asesino si es necesario. No sientan bien unas bases para desarrollarlo luego con la historia.
La interpretación de la niña es la única que merece la pena de toda la cinta. Dakota Fanning te hace sentir que domina la pantalla cuando aparece. Consigue no hacer odioso al personaje al principio y a partir de ahí consigue envolverte de manera que te acabes encariñando de ella al igual que el protagonista.
Por el contrario, los adultos de la cinta no aportan nada nuevo que no supiéramos de ellos. Marc Anthony no sabe actuar y Denzel Washington pone su cara de tipo duro casi inexpresivo y pasa a cobrar el cheque por la oficina. Es una más de sus películas en las que simplemente está por ahí y parece que no aporta nada. Y cada vez son más, lo cual es una pena porque tiene un talento que está siendo desaprovechado.
Desaprovechan el talento de Christopher Walken y Mickey Rourke con pocas escenas y la mayoría insustanciales. Actores como ellos deberían tener buenos diálogos de los que sacar a relucir su talento para elevar la película. Para tenerlos como extras casi, podrían dar la oportunidad a otro actor desconocido.
La banda sonora no pega nada con la película. Hay cambios bruscos de estilos musicales, sin tener una continuidad entre lo que te quieren transmitir. Lo mismo escuchas un tema lento o clásico (del estilo de los de Enya en "Gladiator", por ejemplo) que de repente se cambia a música pachanguera o de otro estilo muy diferente. Da la sensación de que el que eligió o compuso los temas no estaba viendo la película o lo hicieron dos personas distintas. Tony Scott mezcla buenas cosas con otras no tan destacables. Siempre ha sido un director muy valorado por los críticos, pero al final, como su hermano, acabas esperando más de lo que al final te ofrece.
Al final te quedas con una película que empieza mal, comienza a crecer y acaba siendo una película más, del montón. Ni del montón bueno ni del malo, solo una más, de las que acaban por olvidarse con el paso de los años y acaba siendo esa de "ah si, la de Denzel Washington que secuestran a la niña, esa". Y nada más.
Rotten Tomatoes --> 39%
Luis P.
Portátil
05/07/2015
Toma 186
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