Adam Sandler lo ha vuelto ha hacer. Otra de sus comedias consigue suficientemente éxito en taquilla a pesar de lo catastrófico de la calidad de la película en si.
Dirigida por Chris Columbus ("Solo en Casa", "Harry Potter y la Piedra Filosofal"), la película coge una interesante premisa y a partir de ahí consigue aburrirte hasta casi caer en coma en mitad de la película.
Los humanos mandan al espacio una sonda con vídeos de la cultura de la Tierra, que incluyen unos niños jugando a las máquinas arcades de los años 80. Los extraterrestres reciben los vídeos y los malinterpretan, pensado que es una declaración de guerra. Hasta aquí, todo bien, hasta lógico. A partir de aquí empieza la locura.
Los extraterrestres deciden que la mejor forma de atacar sería plantear una serie de batallas (¿al mejor de 5? ¿en serio?) en vez de conquistar el planeta directamente con entes hechos de energía que toman las formas de los personajes de dichos arcades, viendo así a toda clase de personajes de videojuegos de la época tomar vida. En un día los americanos (¿quién si no?) ya conocen la tecnología de energía pura que utilizan y saben como atacarla y destruirlos (vaya científicos buenos los de las películas, estos no necesitan subvenciones). Además, dos frikis expertos en dichos arcades son los lideres del ataque (pueden "explicar" como ganar, pero no se entiende que además sean expertos en armas y conducción en solo un día).
Cabe resaltar que los aliens se enfadan si les hacen trampas (¿?) y si ganas una de las batallas te dan una recompensa, uno de los personajes de los arcades a modo de trofeo. Lo de las trampas es curioso: el personaje de Peter Dinklage cuando persigue al Come-Cocos (PacMan) por Nueva York (porque sí, los aliens atacan Nueva York, Londres y Washington, que un pueblo asiático o africano no lo conocen por Saturno) llega muy pronto de un sitio a otro. Es decir, hace trampas. ¿Cómo se hace para teletransportarse o ir más rápido en un coche en la vida real si ya vas a máxima velocidad? Los guionistas se creen que el público que ve estas películas no sabe sumar, porque no tiene sentido pensar otra cosa viendo esos planteamientos.
Las actuaciones oscilan entre lo surrealista y la pena. Actores como Adam Sandler solo consiguen películas porque la taquilla da beneficios y los estudios saben que ofrecen películas basura al espectador, menospreciando su inteligencia y buen gusto. El problema es que muchos espectadores siguen yendo al cine, lo cual es aún mas grave. Por otra parte hay actores con más talento como Peter Dinklage, que da mucha pena tanto el personaje como su interpretación, y Josh Gad, que parece que le pagaron por leer una lineas como si fuera el mismo y darse una vuelta por el rodaje. Michelle Monaghan y Kevin James están ahí, y si no estuvieran, casi mejor.
Por supuesto no podemos olvidar la mayor carajotada de la película: el personaje de Josh Gad está enamorado desde pequeño de uno de los personajes, una asesina llamada Lady Lisa (Ashley Benson), la cual lógicamente acaba apareciendo. Pues claro, lo intenta matar y cuando lo va a conseguir él da un discurso muy bonito y le da pena y no lo mata y se besan y lucha a favor de la humanidad cambiando de bando. Así, porque sí. Hubiera sido más fácil convencer a los invasores de no atacar que eliminarlos si tenemos en cuenta esto. Solo había que decirles que estaban enamorados de ellos. En fin, de locos.
Debería haber una clausula en los contratos de los directores, como es el caso de Chris Columbus, y obligarlos a dimitir, o devolver el sueldo, si en algún punto del rodaje se dan cuenta en el estudio que lo que están haciendo es una película que debería emitirse en todos los grandes vertederos de basura del país en lugar de las salas de cine.
Aún así, la película tiene algo bueno, y es que se termina acabando y, cuando te despiertas, recuperas las ganas de vivir y ser feliz que perdiste mientras la veías.
Nota: Suspenso
Rotten Tomatoes --> 18%
Luis P.
Portátil
04/08/2015
Toma 240
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